Ayer acudí a la Jornada de clausura del "Laboratorio de Emprendimiento Juvenil" de #DHInnova (organizado por el Ayuntamiento de Dos Hermanas, Sevilla) y no os creeríais cuánto aprendí y disfruté.
Aprendí de emprendedores que han luchado por sus proyectos, por sus ideas, por sus iniciativas, creyendo en ellos mismos desde el principio, sin dejarse vencer por el pesimismo. He aprendido sobre la importancia de "salir del cascarón" del empleo por cuenta ajena y lanzarse al mundo del profesional libre, especialista, con identidad propia, y dispuesto a mostrar todo su potencial y diferenciarse del resto. He descubierto el punto de vista de los que saben, porque lo han vivido, cómo se aprende a base de ensayo y error, a base de golpes y palos, cómo funciona el mundo de los negocios. He entendido que, ni todo es tan bonito, ni todo es tan imposible. He aprendido de realidad, realismo, optimismo, confianza y esfuerzo. Y he disfrutado mucho con @zahara (cantante, abogada y empresaria), a la que os invito a escuchar porque tiene una voz increíble, y con @ranciosevillano (periodista y escritor), que con su peculiar estilo narrativo consiguió meterse a todo el aforo "en el bolsillo".
Y he conocido a Alfonso Alcántara, más conocido por @yoriento. Si no lo conocéis os invito a hacerlo visitando su blog en el que vais a descubrir a un profesional entusiasta, con un curriculum impresionante y una reputación aún más impresionante. Si lo preferís lo podéis localizar en twitter o en facebook, donde es un usuario activo. Colaborador habitual de diversos eventos y foros sobre empleo 2.0, marca personal y emprendimiento nos presentó un enfoque basado en 5 pasos para convertir en negocio lo que sabemos hacer, es decir, para emprender (con sentido común): tener una idea, empezar a desarrollarla, tener una marca personal, conseguir financiación y tener iniciativa para desarrollarla.
De Alfonso es la frase que da título a este post, por varios motivos o, mejor dicho, por varias conclusiones que extraje ayer de la jornada:
Una porque, en la línea de una publicación en este blog sobre el lenguaje, el nombre que le demos a las cosas hace que cambie nuestra perspectiva de las mismas. Aunque todos sabemos que ser emprendedor es convertirse en autónomo, no suena igual y tiene un tinte de modernidad y "glamour" que, seamos realistas, nos gusta. No es lo mismo ser un "trabajador" que un "profesional", ni ser un "empleado" que un "emprendedor" (/autónomo), ¿verdad?
Otra porque me gusta el enfoque realista-optimista que le da al tema del emprendimiento. Hay que saber dónde te metes, pero no lo dejes para mañana: busca el asesoramiento que necesites y hazlo. Y los emprendedores que estuvieron ayer con él fueron buena muestra de ello. Me siento muy identificada con la mentalidad de que esperar a "la idea perfecta" es como esperar a la "pareja perfecta": ninguna de las dos existe. Si tienes una idea, y es viable (no olvidemos el realismo), prueba. ¿Qué pierdes? Comienza y ve puliendo y adaptando todo lo que sea necesario para que funcione, pero ponte en marcha. Cree en ti, en tus capacidades:
"Trabaja en lo que puedas pero no dejes de buscar lo que quieres... aunque sea un minuto al día"
Y la tercera y última conclusión, y no por ello la menos importante: porque tuve la oportunidad de descubrir que, cuando se baja de la tarima, del escenario, Alfonso es una persona igual de cercana, dispuesta a hablar con todos, a hacerse fotos (lo reconozco, no me pude resistir, y ¡estoy encantada!) y muy accesible. Quizás sea por eso, y no por otras cosas, por lo que es tan bueno "en lo suyo". Quizás sea eso lo que le diferencia de otros....
Yo sólo sé que ayer aprendí.